Los servicios públicos nos ayudan a cumplir muchas funciones de la vida, desde mantener nuestros alimentos y medicinas refrigerados, hasta lavar y secar nuestra ropa, o cargar nuestras computadoras y teléfonos. Usamos el gas para cocinar y calentar nuestros hogares, el agua para beber y bañarnos, y las telecomunicaciones para el trabajo, la escuela y para comunicarnos con la familia y los amigos.
Como consecuencia de la pandemia de COVID-19 y las alertas de salud pública, hay un gran número de estadounidenses que se están quedando en casa para trabajar o estudiar. Si bien, muchas compañías de servicio público han dejado de cancelar los servicios y renuncian a los cargos por retraso dado la situación, aquí se enlistan unos consejos para evitar una factura costosa en el futuro.